miércoles, 29 de diciembre de 2010

El morral

Nos acostamos pasada, muy pasada, la medianoche. La cena en la bodega se prolongó hasta que casi no nos veíamos unos a otros, entre el humo del tabaco y los vapores de los vinos que, finalmente, se abrieron.

Sólo en una operación de cata, cayeron las dos botellas de Vega Sicilia – una de ellas Reserva de 1981 – y otra de Chateau Laffitte-Carcasset de 1966. La primera la acompañamos de un queso del Páramo de Guzmán y la segunda, de unas rosquillas que trajo Begoña de su casa deprisa y corriendo.

- Yo creo que es un pecado beber estos vinos así, dice Charly.

- Tú bebe y deja los pecados para otro momento, le responde Mamen.

- Pecado debe ser morirse sin haberlos probado al menos una vez en la vida, la mujer de Vitorchu está particularmente sensible en este punto.
Salimos de la bodega cantando cada cual lo que sabe. Ignacio y mi chico salen los últimos.

- Los hombres se han alejado de la puerta, por si acaso, comento en voz alta.
A Gigi le da la risa floja pero acabamos todas apoyadas en la pared y con las piernas cruzadas, para evitar sofocos.

- Creo que me hago pis, dice la santa madre.

- Ay, que me meo de la risa, repite Mamen como una letanía. Apuesto que se está imaginando a alguno con la bragueta cogida en la puerta.

- Tu chico es muy capaz de dejarnos ahí pillados, comenta Jesús, como si le hubiera leído el pensamiento.

- No lo intentéis, por si acaso, responde el aludido.

Llegamos a casa a todo correr y, mientras hacemos turno en los baños, en la puerta de casa los hombres ultiman los preparativos para el día siguiente.

- A las siete, todos arriba para salir en cuanto amanezca el día, propone mi chico.

- Nosotros llevamos almuerzo para todos, oigo a los primos.

- Y yo llevo aguardiente y chocolate, añade Jesús.

- Yo cojo unos chorizos del aceite, dice mi chico.

- ¿Estos se van de caza o de guateque?, pregunta Mamen.

- Pues los machos cazadores procurad no hacer ruido para no despertarnos a las débiles mujeres que nos quedamos en la cueva, advierto en voz lo suficientemente alta para que me oigan los de casa y los de fuera.

Cuando voy a acostarme, doy con el pie en algo duro debajo de la cama. Miro – con no poco esfuerzo – y veo las escopetas de mi chico.

- ¿Qué hace esto aquí?, pregunto.

- A lo mejor doy dos tiros, según como salga el día, responde, evasivo. Y la otra, para el chico.

- Pero si el Heredero no ha cogido una escopeta en su vida, aseguro.

- Te asombrarías de saber la cantidad de cosas que ha hecho el Heredero y que tú ignoras, responde con toda su cachaza.

- ¿Ya tienes permiso del coto?, insisto.

- Claro, lo he tramitado para todos, por si acaso, explica.

- Por si acaso, ¿eh?, estáis buenos vosotros. Me doy media vuelta y me duermo.

Antes de amanecer, empiezan a oirse las puertas que se abren, los grifos de los baños y de la cocina, las carreras en el pasillo, las voces de los de fuera, los coches y los perros. Tres cuartos de hora hasta que arrancan, por fin. Me vuelvo a dormir. Me levanto pasadas las 10. Antes de irse, los hombres han atizado la gloria, así que la casa está calentita. Preparo el desayuno y espero que bajen – las habitaciones están en el piso superior - Mamen y Gigi.

Al rato, llaman a la puerta: mi cuñada ha venido al pueblo con Maite y Dani. Ella y mi suegro viven en la capital.

- Hice pereza para venir ayer y hoy he tenido que darme el gran madrugón, dice.

- Pues siéntate a desayunar con nosotras para reponerte, propongo.

Mi cuñada es una versión corregida y aumentada de Gigi pero en soltera y con menos – muchísimo menos – patrimonio. Aunque, a los efectos, como si fuera heredera única de Botín. No ha estudiado, ni trabajado, porque ambas tareas son muy fatigosas, ignora lo que es una responsabilidad y no tiene intención alguna de cambiar de forma de vida. Cuando se aburre, le da algún mal. Angustia vital, debe ser porque estrés, no creo. Se alimenta espiritualmente del Hola y de las publicaciones sobre la familia real y considera una intelectual a Pilar Urbano, por su libro sobre la reina. Si no fuera porque sé que es de carne y hueso - ¡y qué carne y qué hueso! - diría que es un personaje literario: una vida entre visillos.

Pero aquí está, una vez que supone hemos resuelto los asuntos de intendencia. De espectadora. La miro y pienso que ha de ser interesante ver el encuentro entre cuñada y Gigi. Duelo en o.k. Corral.

Bajan juntas, nuestras invitadas. Mamen se alboroza al ver a la cuñada.

- Esmeralda, que alegría de verte. Nos dijo tu padre que no te encontrabas bien, saluda.

- Ando un poco regular, se justifica ella, pero me apetecía veros.

Hacemos las presentaciones, aquí, mi cuñada, aquí la mamá de la Miss. La cuñada, que ha oído hablar de los santos padres, la mira con arrobo. Seguro que ha procesado el tamaño y los kilates de las joyas que lleva y conoce la marca del perfume y de las cremas que se ha dado en la cara. En eso, es una experta.

Gigi se deshace en cumplidos. ¡Qué bien ha dormido, qué agradable es la casa, qué simpática la gente, qué bonito el pueblo!

- ¿Les has enseñado la iglesia?, me pregunta la cuñada.

- No nos ha dado tiempo, como hacía frío nos refugiamos en la bodega y salimos tardísimo, me justifico.

- Pues tienes que verla, es pequeña pero muy bonita.

- Luego vamos, acepta Mamen.

Desayunamos con tranquilidad y abundancia. Gigi nos habla de un pequeño pueblo francés donde veraneaba de niña.

- Mi abuela había sido compañera de colegio de Ena de Battemberg y en verano coincidían en Biarritz, yo protestaba porque donde me gustaba ir era al pueblito porque podía disfrutar de ella sin interferencias y a mi aire.

Observo que mi cuñada empieza a estar congestionada, hasta que, al fin, pregunta:

- ¿Ena de Battemberg no era la reina Victoria Eugenia?

- Si, pero entonces ya no era reina, vivía en Suiza y en verano pasaba unas semanas en Biarritz, explica Gigi, con la naturalidad que le es propia.

Miro a Mamen tratando de que no se me transparenten las ideas pero las dos hemos coincidido: Gigi, te la has cargado con todo el equipo. A partir de ahí, la cuñada somete a la pobre santa madre a un cuestionario que para sí quisiera el CNI (Centro Nacional de Inteligencia, para los amigos).

Son más de las 12 cuando sugiero que a lo mejor es hora de ver qué hace la novia de España.

- Pero si la niña está cazando, explica Gigi.

- ¿Cómo que cazando? Pero ¿tu hija caza?, me asombro.

- Desde que era muy pequeña. Ignacio siempre quiso tener un chico para llevarle a cazar y pescar. Como Dios no nos lo dio se llevaba a la niña.

- Pero si sólo iban hombres, aquí no es costumbre que vayan las mujeres a cazar, trato de explicar.

- Por eso no te preocupes, está acostumbrada, desde muy pequeña ha ido a cazar con Ignacio y sus amigos. Gigi nos tranquiliza. Os aseguro que es una buena escopeta, va a dejar alto el pabellón de la familia.

- Es que aquí no es costumbre que vayan las mujeres, repite mi cuñada. Es más, NUNCA EN LA VIDA ha ido una mujer a cazar.

- Alguna tenía que ser la primera, dice Mamen.

Después de la una empiezan a llegar los coches. Del primero, bajan los primos con carita feliz pero el morral vacío. Dani, que cuida a sus perros con no menos atención que a los hijos, y que tiene un carácter angelical, sale del coche y se va directamente al corral a encerrar a los canes sin dirigirnos la palabra.

- ¿Qué tal se os ha dado?, pregunta mi cuñada a voces.

- A unos mejor que a otros, responde, con evidente malhumor.

Del coche de mi chico bajan él, los novios e Ignacio. El santo padre, con perdón, sale tan orondo, lo mismo que el Heredero. Mi chico, con su pachorra habitual. La Miss está exultante y con modelito ad hoc. Tengo que preguntarle al Heredero si se dedica a tornearle las piernas en sus ratos libres porque no es posible que vengan así de serie, pienso al verla venir hacia nosotras. El morral, de legítima piel de Ubrique, aparenta estar a rebosar.

- Equipo local, 0, visitantes, 4, nos informa con una sonrisa de oreja a oreja.

Pasamos todos a la cocina para ver qué traen: una liebre y tres perdices.

- Si alguna vez se declara una guerra, me pido en el mismo bando que tu hija, dice, por fin, mi chico, echando el brazo por el hombro a Gigi. Es la única posibilidad de salir vivo.

- Ya te he dicho que es alumna aventajada mía, añade Ignacio.

- Y tan aventajada, responde mi chico.

- ¿Cómo ha ido la batida?, pregunto yo.

- Si quieres que te contemos una de caza, te puedo leer algo de Delibes pero si quieres la verdad, termino antes: no nos hemos estrenado. Ni siquiera Dani, que es el que llevaba los mejores perros, ha cobrado una pieza. Se lo ha llevado todo la Miss, cuenta el Heredero.

- Te lo había advertido y creías que presumía, yo tengo un cuerpo para el pecado y un ojo para la caza, explica la aludida parafraseando a Melanie Griffith.

Miro a Giggi con una mano en las sales por si fuera menester, pero la santa madre sigue embobada a la niña. Ella, el padre, el Heredero, la cuñada, Mamen, Charly, mi chico, incluso Jesús y los primos que observan la escena plantados en la puerta de la cocina siguen los movimientos de la Miss con arrobamiento. Me los imagino en el campo, observando con idéntico arrobo los pasos de la niña, con esas piernas que se gasta. Lo raro sería que hubieran acertado.

- De limpiarlas os encargáis vosotros, concluye la reina de los mares, dejando los bichos sobre la mesa de la cocina.

- Déjalo, ya lo hago yo luego, se ofrece mi cuñada.

- Eso, así desengrasas, le azuza su hermano.

Estamos preparando las parrillas para las chuletas cuando entra Dani en el patio. Trae mejor cara y un plato con chorizo que va pasando a todos. Al llegar a la altura de Ignacio, se le enfrenta.

- Me alegro mucho de que vayáis a emparentar con éstos – nos señala – y espero que consideréis el pueblo como vuestra casa pero también te digo una cosa – y señala con el dedo a la Miss – mejor que no dejes a tu hija suelta con una escopeta por estos campos. Por la buena marcha del negocio.

- Os creíais que sólo tenía culo ¿a que sí?, reta la aludida. Pues ya veis, también tengo buena mano, y dirige una mirada pícara al Heredero.

- Ay, por Dios, esta niña dónde ha aprendido… balbucea Gigi.

- ¡Qué orgullosa estarás de tener una hija así!, se le acerca Mamen con media arroba de árnica. Les ha dado un baño.

- Esta niña tiene más peligro aún que tú, le digo a Mamen al oído. Y mira que me parecía difícil.

- Esta niña es digna sucesora nuestra, responde ella.

- Querrás decir tuya. Más hubiera querido yo que ser así, digo.

- Mira la purísima concepción, cualquiera diría que acabaras de salir del convento, me dice, en voz baja.

- Ay, qué sofoco, oímos a Gigi detrás de nosotras, te aseguro que esas cosas no las ha aprendido en nuestra casa, me dice con voz compungida.

- Seguro que las ha aprendido en la nuestra, decimos a la vez Mamen y yo.

Gigi nos mira sorprendida pero luego, nos ve tan contentas que esboza una sonrisa con nosotras. Menos mal, porque si se diera la vuelta vería cómo su hija le toca el culo a mi hijo. Mi cuñada debe haber pedido asilo político en la cocina.

martes, 28 de diciembre de 2010

De etiqueta

La primera jornada en el pueblo concluye en la bodega, como viene siendo costumbre. Empalmamos la sobremesa con la preparación de la cena, como es igualmente tradicional. ¿Qué otra cosa puede hacerse en un pueblo apenas habitado en un mes de diciembre cuando para salir a la calle hay que cobijarse bajo manta? Pues reunirse en las casas o, alternativamente, en las bodegas.

Encendemos la chimenea de la bodega y nos aposentamos tan ricamente. Al ratillo, van aflorando unos coloretes en las mejillas que da gloria vernos a todas. Mi chico se dispone a asar chorizos, morcillas y una careta de cerdo adobada que ha bajado mi suegro. Todo, en plan light, como se ve.

- Si tenemos que comer todo eso, más nos vale acompañar a los hombres a cazar mañana, dice Mamen.

- Yo, ni loca, respondo, prefiero fregar toda la casa de rodillas, si es imprescindible bajar grasa.

El humo de la chimenea hace el mismo efecto que facebook y twiter juntos y, al cabo de un rato, se va incorporando gente a la bodega. Los primos traen queso y unos botes de agujas de Santoña; otros amigos, que también han venido de Madrid a pasar el fin de semana, se presentan con una bandeja de croquetas; Vitorchu y su mujer, que acaban de llegar de Bilbao, traen varias botellas de cava para celebrar que a ella le han dado el alta, tras la operación de cáncer. Recibimos la noticia con aplausos.

- Si me emborracho me lleváis a casa y no me lo contéis, que creí que palmaba y ahora vengo muy suelta con la noticia, nos advierte.

Miguel Ángel trae un plato con pichones en aceite; Jesús y Begoña llegan con una bandeja de ensalada. Menos mal.

- Mañana vendrán también Sabi y Maite, porque Dani también viene a cazar, avisa Jesús.

Mi suegro se dedica a trasegar vino del fondo de la bodega a la mesa. A sus casi 90 años, su principal preocupación – al margen de los asuntos urbanísticos del pueblo – es que no falte vino en su bodega. Ya no lo elabora con sus propias uvas, como en sus años jóvenes, ahora lo compra a granel, lo guarda un tiempo en la barrica de madera y luego lo embotella cuidadosamente para que podamos disponer de vino en ocasiones como ésta. No sé cómo se las arregla pero realmente consigue un vinillo que pasa bien y no se sube a la cabeza.

Ignacio, entretanto, ha salido al coche y vuelve con varias botellas de vino de etiquetas de tronío. Mi suegro le advierte amable pero con autoridad:

- Eso déjalo para otra ocasión, en la bodega, mejor mi vino.

Observo que, en un primer momento, se desconcierta. Apuesto que hace años que nadie le da una orden con tal contundencia, pero enseguida entiende que el poderío de mi suegro emana de la edad y de que está en su territorio, como los lobos viejos.

- Vale, responde Ignacio, pues las guardamos en tu bodega para que se conserven como tu vino.

Noto que mi suegro se siente halagado, sospecho que porque un hombre que él considera importante deje sus vinos caros en su bodega. Y entonces se enzarzan en una letanía del tipo:

Mi suegro: No, hombre, esos vinos son demasiado buenos para dejarlos en la bodega, guárdalos y ya os los beberéis en una ocasión señalada.

Ignacio: Ninguna ocasión más señalada que ésta, en la que hemos venido a conocer a la que va a ser la familia de nuestra hija.

Mi suegro: Nosotros encantados, siempre que queráis ya sabéis donde tenéis vuestra casa.

Ignacio: Lo mismo te digo cuando vayas a San Sebastián (hace ademán de sacar la cartera para buscar una tarjeta).

Mi suegro: Yo ya no estoy para viajes. Al único sitio que quería ir era a Irún, que estuve cuando la mili, llevo años diciéndoselo a éstos (mi chico y yo) y ni caso que me hacen.

Ignacio: Hombre, eso se arregla rápidamente, te vienes con nosotros y te llevamos a que veas Irún a tus anchas.

Mi chico, que está enfrascado en los chorizos y la careta, oye las campanas al vuelo.

- No le hagas ni caso, que cuando le dices de ir de viaje se raja, empieza a decir pero, al levantarse del fuego, descubre las botellas. (Yo, sin gafas, acierto a ver dos etiquetas de Vega Sicilia Único, una Cirsion y otra que me parece algo así como Chateau Laffite).


- ¡Coño, eso son palabras mayores!, dice, muy sentidamente.

- Para echar unos vasos, contesta Ignacio con modestia (tiene que ser fingida, no es posible que le salga natural con esos vinos delante, me digo a mí misma).

- Esos vinos hay que tomarlos después de confesados, se oye a Charly.

- Dice tu padre que hoy se bebe su vino, así que los dejamos en la bodega para otra ocasión, propone Ignacio.

- Pero advierto que al que vea entrar en la bodega le pillo la mano con la puerta, amenaza mi suegro.

- ¿Cómo que la mano? Al que se acerque a la bodega le pillo el pito, echo el candado y ahí que le dejo, oigo decir a mi chico.

Todos nos reímos, incluso Gigi, que está roja como una amapola.

- Es por el calor, me dice, cuando la miro.

- Ya, le digo, lo mismo me pasa a mí.

lunes, 27 de diciembre de 2010

En el pueblo


Mi amiga Mamen está totalmente despendolada, se está recorriendo Europa a golpe de fin de semana, de manera que para quedar con ella casi, casi hay que pedir audiencia. Excepto que a ella se le ocurra una idea luminosa, en cuyo caso da igual qué planes tenga yo, acabaremos haciendo sus ideas luminosas.

Esto fue unos días antes del último puente de la inmaculada constitución. Suena el teléfono, es ella.

- Podríamos ir al pueblo, ¿qué te parece?, propone.

- Se lo pregunto a mi chico y te cuento, le digo.

- Ah, pues muy bien, le parece a él. Podíamos ir todos y hacemos un asado.
Se lo cuento a Mamen.

- Ya he hablado con la Miss y está encantada, añade.

- Joer, chata, eres la más rápida desenfundando al sur del Mississippi, comento.

- Es lo que tiene estar liberada del trabajo duro y arduo, responde ella, que raramente se da por aludida.

Al rato, suena el teléfono. Naturalmente, es la Miss. Mi teléfono tiene identificador de llamada pero, en ocasiones como ésta, no necesito mirar la pantallita, sé quien está al otro lado de la línea sin descolgar el aparato.

- Qué idea más buena has tenido la de ir al pueblo todos juntos, dice, tan cumplida como siempre.

- Espero no decepcionarte, pero la idea ha sido de Mamen, le explico, aunque sospecho que ya lo sabe.

- Estábamos pensando que, si no os importa, se podrían añadir mis padres. Seguro que les gustaría mucho, propone, y así podemos comentar los preparativos.

- ¿Cómo nos va a importar? Al contrario, nos encantaría, respondo.
Nueva ronda de llamadas. A Mamen, en primer lugar.

- Que se apuntan los santos padres vascos, le comunico.

- En ese caso, habrá que pensar qué nos ponemos, me suelta.

- ¿Qué nos vamos a poner para ir al pueblo? Pantalones y jerseys lo más gordos posible y los abrigos que tenemos allí.

Nos hemos acostumbrado a llevar al pueblo la ropa diez minutos antes de que se nos caiga de vieja así que en invierno o en verano siempre encontraremos qué ponernos. Nosotros y la mitad de un regimiento si se presentara por allí, que no es el caso. Si te crees que exagero, te diré que la última vez que hicimos recogida encontramos la americana azul que llevaba mi chico cuando se examinó de Preu. Como le valía aún, allí sigue.

Luego, llamo a mi chico.

- Tenemos que invitar a los padres de la Miss, le cuento.

- No te preocupes, ya les llamo yo que tengo que hablar con Ignacio, dice, encantado de la vida.

Mi chico es de los que es feliz llevando al pueblo a todas sus amistades y conocidos. Incluso a los periféricos. Llama un rato después.

- Hemos quedado en echar cuatro tiros en el coto, me cuenta, con fingida resignación.

- ¿Cómo sabe que hay coto en el pueblo?, pregunto.

- Se lo he dicho yo y da la casualidad de que él es aficionado a la caza.

Mi chico guarda en sus correspondientes fundas de piel dos escopetas que deben ser el no va más en la materia y periódicamente renueva las licencias ante la guardia civil pero, desde que yo le conozco, no ha disparado un tiro.

El finde se metió en frío así que, en cuanto bajamos del coche, mi chico se aplicó en encender lo que allí se conoce por gloria, que no es más que una calefacción subterránea, con la que se caldea la casa rápidamente.

Los invitados fueron llegando puntualmente gracias a los correos que mi chico había enviado explicando pormenorizadamente el camino y, sobre todo, gracias a los gps del coche porque el pueblo es tan pequeño que ni siquiera aparece en todos los mapas.

Mamen y Charly llegan pisándonos los talones. Les siguen la Miss y el Heredero abriendo camino a los santos padres vascos, Ignacio y Gigi. Mamen y Charly, como son habituales de la casa del pueblo, vienen en ropa urbana – sport casual, que dicen – porque tienen su propio hábito rural. La Miss parece haberse vestido para la ocasión en Coronel Tapioca. Su mamá, en Hermés. Los chicos se han puesto de acuerdo y todos visten pantalones de pana. Incluso mi suegro, que no se pierde un sarao de estos.

Gigi nos abraza muy cariñosa a Mamen, a mi chico y a mí. Se ve que maneja información privilegiada. Recorremos la casa mientras nos ponemos al día de las novedades. La Miss se me acerca sigilosa y pregunta en voz muy baja cuál es “su” habitación. “Su”, no de ella sino “su” de ellos.

- ¿Cuál es nuestra habitación?, pregunta exactamente.

Menos mal que una lo había consultado previamente con mi chico, que tiene una cabeza sensata, y con Mamen, que tiene una visión de conjunto.

- ¿Cómo vamos a organizarnos para dormir?, había preguntado yo cuando preparábamos el viaje.

- Hay sitio suficiente, había respondido mi chico, y si vienen más pueden alojarse en la casa de mi primo Marcos.

- No pregunto dónde sino cómo, es decir, cómo nos distribuimos, había insistido yo.

- Tampoco es tan difícil, somos cuatro parejas, una en cada habitación, contesta mi chico con su lógica matemática.

- Somos cuatro parejas pero no todos han pasado por el fielato civil o canónico, aclaro, y conviene tenerlo en cuenta.

- No pensarás que mi Charly duerma en el pajar, bromea Mamen.

- Tu Charly que duerma donde quiera pero a lo mejor hay que pensar qué hacemos con el Heredero y la Miss, apunto.

- A buenas horas se te ocurre andar con remilgos, añade mi chico.

- Yo no tengo ningún remilgo, pero no sé qué pensará la santa madre vasca y tampoco es cosa de quedar como corruptores de menores, me defiendo.

- Tanteamos el terreno y, en última instancia, los mandamos a la casa de Marcos y ojos que no ven…, propone Mamen.

Así que a la pregunta de la Miss le pongo yo la carita de inocente que guardo para estas ocasiones y le respondo:

- Donde queráis, hija, y si no os apetece quedaros con los mayores, tenéis a vuestra disposición la casa de Marcos.

- No creas que todas las madres son como tú, dice ella. La Gigi no acaba de hacerse a la idea de que ya no soy su niñita y mi padre, menos aún. Con decirte que creen que voy virgen al matrimonio…

- Ah, ¿Y no es así?, bromeo. No pasa nada, piensa que si todas las madres fuéramos iguales el mundo sería aburridísimo, añado.

Nosotros, como buenos anfitriones, ofrecemos la habitación principal – la que fue de mis suegros - a Ignacio y Gigi, colocamos las cosas en nuestro cuarto, y dejamos que Mamen coloque las suyas en la habitación que suelen utilizar cuando vienen al pueblo.

Los hombres enseguida se ponen en marcha. Mi chico saca unos chorizos y lomo de las orzas en aceite y propone ir a la bodega. Nosotras nos quedamos preparando la comida.
Mientras Mamen y la Miss ponen la mesa me pregunta Gigi.

- Perdóname la indiscreción, pero ¿Dónde se van a quedar los chicos?

- No sé, ¿a ti qué se te ocurre?, pregunto a mi vez.

- ¿Tú crees que duermen juntos?, la voz apenas le sale del cuerpo.

Me dan ganas de preguntarle en cual de los mundos de Yupi vive ella pero me muerdo la lengua y oigo una vocecita que casi no conozco pero que es mía, que contesta:

- No se me ocurriría preguntárselo ni a ellos ni a nadie.

- A mí tampoco, pero se oyen tantas cosas de los jóvenes, se defiende.

- Pues a mí me parece que en esa materia son más espontáneos y menos hipócritas que éramos nosotros, me sale todo seguido.

- ¡Qué envidia me da oírte!, dice ella, ya me gustaría a mí estar tan segura como tú.

- Pues no creas, segura, segura estoy de dos o tres cosas, el resto es una letanía de dudas, le digo.

Cuando llevamos un buen rato de sobremesa se presentan unos primos de mi chico.

- Hemos venido hoy para salir mañana pronto a cazar, así que si nos invitáis a café os regalamos una pieza, bromean.

- Lo que os vamos a dar mañana es un repaso, que tenéis aquí a la primera escopeta de Euskadi, dice mi chico, señalando a Ignacio.

- Ya serán menos lobos, caperucita, se chancean los primos. Esas cosas se demuestran sobre el terreno.

Yo, entretanto, hago mis cuentas. Con los primos aquí, asunto resuelto. Colocamos a mi suegro en la habitación libre y mandamos a todos los jóvenes a la casa de Marcos.

Debo estar absorta cuando oigo a mi suegro que me dice:

- Me ha dicho éste que tu chico quiere casarse.

Doy un respingo. ¿Con quién quiere casarse mi chico?, me digo, pero enseguida hago la traducción simultánea y me tranquilizo:

- Me ha dicho mi hijo que tu heredero quiere casarse, viene a decir.

- Pues sí, eso parece, le contesto.

- Es maja la chica, comenta.

- Muy maja, sí, corroboro.

- Y la madre, no veas, añade.

- Anda, pues díselo a ella, verás que contenta se pone.

- Lo que está a la vista no es necesario vocear, sentencia el hombre.

- Pues a mí no me has dicho nunca lo maja que soy, le pincho.

- Con que te lo diga éste basta y sobra.

Mi chico se da por aludido.

- ¿Qué pasa?, pregunta.

- Tu padre dice que qué maja es Gigi.

- Maja, de verdad, tu nuera, dice mi chico, todo galante.

Mi suegro se desentiende de comparaciones y se dispone a pegar la hebra con Ignacio.

- Cuando yo me casé hubo tres días de fiesta en el pueblo.

La Miss mira embelesada al Heredero, que le devuelve la sonrisa.

¡Qué guapos son los dos!

lunes, 20 de diciembre de 2010

Por si no os habiais enterado

Por si no sabiais que estamos a punto de celebrar la navidad, las mil y una tecnologías modelnas os lo cuentan con todo detalle.

A cuantos os paséis por aqui, sólo me queda añadir que disfrutéis de lo que tenéis, que siempre suele ser más de lo que necesitamos, estos días y los que hayan de seguir el próximo año 2011 y el que sigue y el otro y el otro, hasta el final de los siglos...

miércoles, 15 de diciembre de 2010

El tributo de las 100 doncellas

Antes de que los Escolar, padre e hijo, se decidieran a escribir un libro sobre “Los mitos fundacionales de Castilla” ya me molestaba particularmente uno de estos mitos: el de la ofrenda de las 100 doncellas.

Con ligeras variantes según las zonas, la esencia del relato dice que en épocas remotas de la historia los hombres de un pueblo, comarca o país, viéndose acosados por los hombres de otro pueblo, comarca o país más poderoso, ofrecían entregarles 100 o 200 o 1.000 doncellas – que ya son doncellas - para calmar la furia de los atacantes.

En León, donde se conmemora la supresión de tal tributo mediante intervención del mismo apóstol Santiago, se hacen unas fiestas a costa de esta historia.

A mí el relato me hace maldita la gracia. Al contrario, pienso que vaya morro el de los hombres del lugar y lo fácil que les resulta dejar en prenda a las mujeres de la tribu, que no sé por qué no dejaban en prenda a los mozos en edad de merecer, a los soldados entrados en quintas o a los sabios de la tribu.

Porque, digo yo, que no sé qué culpa tienen las doncellas de que el pueblo invasor sea más fuerte que el invadido ni de que los hombres de la tribu sean una panda de cobardes. Anda y que se lo resuelvan entre ellos, me parece a mí.

Desde que hemos dado en hablar un día sí y otro también de la crisis no hago más que acordarme de las 100, 200 o 1.000 doncellas. Es que me solidarizo con ellas totalmente. Más aún, me siento doncella medieval dejada en prenda por este gobierno, el de España, el de la Unión Europea, el de los Estados Unidos frente al ejército invasor de los mercados.

Y así andamos, entregando prendas de 100 en 100 doncellas, en vez de arremangarse y decir de una vez por todas: a por ellos. Por mucho menos y con menor motivo, hay que ver la que armaron en Irak. ¿O es que allí no había doncellas que entregar y eran todas de recibir?

martes, 14 de diciembre de 2010

Olvidos, despistes y distracciones

Me tienen perpleja los olvidos, los despistes y algunas distracciones que vamos conociendo entre ilustres miembros del PP. Casi más que la buena suerte que adorna a algunos otros.

Que ya es suerte que te toque la lotería una y otra vez, una y otra vez, tantas como juegues, que es lo que le pasa al presidente de la Diputación de Castellón, el inefable Carlos Fabra. El mismo que está imputado por varios delitos, entre otros los de cohecho y tráfico de influencias, y que no encuentra modo de justificar como ha ganado del orden de 3,6 millones de euros, aparte de los premios de la lotería. O sea, lo normal, lo que le pasa a todo el mundo.

Pero no es Fabra quien me tiene perpleja, sino Ana Mato y Mª Dolores de Cospedal.

Mato estuvo casada con Jesús Sepúlveda, uno de los de la Gürtel-Correa de transmisión y en esas, o sea mientras aún vivían juntos, al marido le llovían los regalos de todo tipo – que hay que ver cómo es de espléndido el personal con esta gente- incluso un coche. Pero no un utilitario, sino un Jaguar de más de 52.000 euros.

Bueno, pues cuando le preguntaron a ella por este coche contestó que no se percató de que estuviera en el garaje. Pero, vamos a ver ¿qué garaje tenían los Sepúlveda-Mato? ¿Cuántos coches aparcaban para no percatarse de que había un Jaguar nuevo? Se necesita ser despistada, me dije.

Ahora llega la Cospedal y se le olvida decir – en la declaración de bienes a la que le obliga la ley - primero que había recibido 27.000 euros de indemnización del Senado; luego, que es dueña de una tercera parte de un local comercial en una calle céntrica de Albacete y, ahora, que es consejera de una empresa agropecuaria. Eso, lo olvidado, hay que sumarlo a una lista de empleos o participaciones o como se llame a lo que te da miles de euros al año – como 240.000 o así – que sí tiene declarados.

Mira que es olvidadiza esta chica, me dije.

Y ahora vuelve González Pons atizándole al gobierno. Que no entro en si tiene razón, que esa es la tarea de la oposición. Pero, vamos, que los mismos que aún no se han dado por aludidos de que tienen a la mitad de los afiliados de la Comunidad Valenciana empurados; los mismos que encuentran natural que alguien no sepa quién te regala un coche o por cuantos caminos te llega el dinero; los mismos que llevan meses, ya años, echando balones fuera sobre la corrupción que se pasea a sus anchas por su partido, los mismos, con sus nombres y apellidos, vengan dejándose caer con sospechas no probadas, tiene sus bemoles, bien mirado.

lunes, 13 de diciembre de 2010

No sólo escritores



Luis García Montero
es un escritor – poeta, columnista y crítico literario - y un hombre comprometido con su tiempo. Está casado con Almudena Grandes.

Soy poco dada a la poesía, razón por la cual le sigo más a través de sus colaboraciones en prensa que en sus versos. Me gusta cómo escribe y lo que dice y suelo coincidir con él en muchas de sus posiciones.

En la última columna dominical en Público echa su cuarto a espadas sobre el discurso de Vargas Llosa de aceptación del Nobel. Podríamos creer que se trata de pellizcos de monja entre literatos pero no, son dos grandes escritores que exponen sus opiniones sobre la sociedad que les ha tocado desde posiciones distintas.

Vargas Llosa ha evolucionado del marxismo de su juventud a un liberalismo conservador. En 1990, cuando ya era un escritor consagrado, se presentó a las elecciones presidenciales en Perú liderando una coalición de derechas. Perdió las elecciones que dieron el poder a Fujimori.

García Montero militó en el PCE y milita en IU. En 2004 formó parte de la candidatura de esta coalición al europarlamento. No fue elegido.

Me gustó sobremanera el discurso de Vargas Llosa, muy especialmente en lo que se refiere a su concepción literaria pero también como exponente de su posición política, de las heridas por donde sangra. Cómo me gustaría que la derecha española fuera así de civilizada y de comprometida con la democracia, pensé al leerlo.

Igualmente me gustó la columna de García Montero. Ojalá toda la izquierda tuviera las ideas así de claras, me dije al leerlo.

Los traigo aquí para reivindicarlos por igual como míos. A los dos.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Lunes de exámenes

Los lunes son días difíciles. Si el fin de semana ha sido bueno, aún peores. Aunque se disfrute con el trabajo, lo duro es lo cotidiano, la monotonía.

En días como estos recuerda una la época escolar, cuando toda la complicación de la vida era acertar en los exámenes. Que tampoco se conseguía siempre.

Para aliviar la vuelta al curro y para demostrar que cada tiempo tiene su dificultad, traigo aqui un extracto de un informe escolar.

Cómo contestan los exámenes los chavales españoles ¡SE HA RESPETADO LA ORTOGRAFÍA ORIGINAL DE LOS ALUMNOS!

Música

P.- La orquesta: Definición, esquema de distribución de los instrumentos y criterio de colocación de estos instrumentos.

R.- La orquesta es cuando se guntan mucha gente que toca, y toca la música. Los instrumentos se colocan unos delante y detras y eso depende del tamaño, por ejemplo la gaita se coloca siempre delante.


P.- Características generales de la música barroca.

R.- Creo que ay un despiste en la pregunta, me parece que es la música marroca. Voy a contestar esto. La música marroca es la de los moros de Marruecos que es muy importante porque la tocaban los moros cuando ivan a las batallas de conquista.


P.- Beethoven..

R.- Este era un señor sordo que compuso la letra de Miguel Rios o sea el Himno de la alegría. Pero cuando la izo no era de rocks. Daba muchos conciertos en la época de Franco y hizo también ’Para Luisa’ que no tiene paranjon en la historia de la música.


-Vocabulario musical (define):

Barítono: es el que lleba la barita o sea el que dirije a los otros


Tenor: es un cantante como Placido Domingo

Soprano: esto no lo se

Villancico: es lo que se canta en Navidad cerca del arbol

Sinfonía: es lo que tocan las orquestas

Movimiento adagio: eso no lo trae mi libro

Movimiento allegro: que lo cantan los musicos cuando o sea estan contentos.

Nota: Este alumno fue a protestar porque lo suspendieron.

Lengua y Literatura

P.- Medir el segundo verso escrito en la pizarra.

R.- En la pizarra, unos 75 centímetros , en el papel más o menos una cuarta (lo digo aproximado porque no me he traído el metro).


Ciencias y geografía

P.- Movimientos del corazón.

R.- El corazón siempre está en movimiento, solo está parado en los cadáveres.


P..- Movimientos del corazón (otra respuesta).

R.- De rotación alrededor de sí mismo y de traslación alrededor del cuerpo.


P.- Huesos de la pantorrilla.

R.- Está formado por el hueso más largo del cuerpo, que es el fémur, que va desde el omoplato hasta la rótula.


P.- El cerebro.

R..- Las ideas, después de hablar, se van al cerebro..


P..- Ejemplo de parásito interno .

R.- Las vísceras..


P.- Un parásito interno del hombre.

R..- El langostino.


P...- Músculos del cuello.

R.- Electrocleidomésticos.


P.- Capacidad pulmonar.

R.- Es de unos cinco mil litros.


P..- Reproducción sexual.

R.- Para que se provoque la FERMENTACIÓN , tienen que estar el órgano masculino dentro del femenino.


P.- Dimorfismo sexual.

R.- El macho se diferencia de la hembra por una prolongación más o menos larga.


P.- Antibióticos.

R.- El alcohol, algodón y agua oxigenada.


P.- Estimulantes del sistema nervioso.

R.- El café, el tabaco y las mujeres


P.- Odontólogo.

R.- Carnívoro que se alimenta de presas vivas.


P.- Pediatra.

R.- Médico de pies.


P.- Definición de rumiantes.

R.- Son los que eruptan al comer.


P.- Marsupiales.

R.- Los animales que llevan las tetas en una bolsa.


P.- Aves prensoras..

R.- Son las aves que viven en las ’prensas’, sitos donde hay mucha agua.


P.- Aves prensoras (otra buena).

R.- Tienen bonitos coloridos, como el cuervo..


P.- Ejemplos de nematoceros (mosquitos).

R.- El ’buo’, el ’buo’ real y el mochuelo.


P.- El alantoides.

R.- Es una especie de rabo que tiene el pollo para respirar.


P.- Reptiles.

R.- Son animales que se disuelven en el agua.


P.- Ejemplo de reptil.

R..- La serpiente ’Putón’


P.- Anfibios.

R.- La rana tiene una hendidura cloacal, por la cual lanza el típico sonido ’cloac, cloac’.


P.- Moluscos.

R.- Son esos animales que se ven en los bares, por ejemplo el cangrejo.


P.- División de los moluscos.

R.- Gasterópodos, bivalvos y simios.


P.- Partes del insecto.

R.- Son tres: in-sec-to


P.- La abeja.

R.- Se divide en reina, obreras y ’zagales’.


P.- ¿Conoces algún vegetal sin flores?

R.- Si, conozco algunos.


P.- Las algas.

R.- Son animales con caracteres de vegetales.


P.- Fases de la Luna.

R.- Luna llena, luna nueva y menos cuarto.


P.- Formación de las cordilleras.

R.- Las montañas no se forman en uno o dos días, tardan mucho tiempo en formarse.


P.- ¿Qué río pasa por Viena?

R.- El Vesubio azul.


P.- Afluentes del Duero por la derecha.

R.- Son los mismos que por la izquierda.


P.- Glaciares

R.- Pueden ser por erosión y por defunción.


P.- Volcanes.

R.- En Mallorca está el Teide. El agua de mar se solidifica y sale por el cráter.


P..- Productos volcánicos.

R.- Las bombas atómicas.


P.- Cómo se llaman los habitantes de Ceuta.

R..- Centauros..


Geografía

P.- Característica de Holanda.

R.- En Holanda, de cada cuatro habitantes, uno es vaca.


P.- Países que forman el Benelux .

R.- Bélgica, Luxemburgo y Neardental


P.- Países productores de miel.

R.- La Granja de San Francisco


P.- Depuración del agua.

R.- Se hace por los rayos ultraviolentos.


P.- La sal común.

R.- Tiene un curioso sabor salado.


P.- Brisa del mar.

R.- Es una brisa húmeda y seca.


P.- El mendelismo.

R.- Mendel trabajó mucho ayudado por caracoles.


Matemáticas y Física


P.- Polígono.

R.- Hombre con muchas mujeres.


P.- Círculo

R.- Es una línea pegada por los dos extremos formando un redondel.


P.- Averiguar el número primo 2639.

R.- Para mí que este número no es primo porque no hay ningún número que dividido por este número que es 2639 nos de exacto. Si usted ve que está mal corrijalo


P.- Trabajo y energía.

R.- Trabajo es si cogemos una silla y la ponemos en otro sitio, energía es cuando la silla se levanta sola..


P.- Palabra derivada de luz.

R.- Bombilla.


Historia y religión


P.- El hombre primitivo.

R.- Se vestía de pieles y se refugiaba en las tabernas.


P.- Etapas más importantes en la evolución del hombre.

R.- Sobre el año 570 se cree en la primera aparición del Homo sapiens. A partir del 570 y hasta el 1200 el Homohabilis. A partir del 1200 y hasta aproximadamente el 1701 el Homohabilis y después, hombres normales.


P.- Comentar algo del 2 de mayo.

R.- ¿De qué año?


P.- El arte griego.

R.- Hacían botijos


P.- El Cid.

R.- Quiso armarse caballero y se buscó a un aldeano llamado Sancho Panza y se fue por esos mundos...


P-La catedral de León.

R.- Fue construida por los romanos gracias a un arquitecto americano.


P.- La soberbia.

R..- Es un apetito desordenado de comer y beber, que se corrige practicando la lujuria.


P.- Moisés y los israelitas.

R.- Los israelitas en el desierto se alimentaban de patriarcas.


P..- La Fe.

R.- Es lo que nos da Dios para poder entender a los curas.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Algo serio está pasando

Algo serio está pasando en el control de los flujos informativos. Algo serio está ocurriendo cuando el poder político – presumiblemente empujado por el poder real – se siente impelido a detener a una persona bajo cualquier excusa, por encima de fronteras y gobiernos.

Julian Assange es el creador y la imagen conocida de la web Wikileaks y, como tal, el protagonista y la obsesión de muchos gobiernos, singularmente del de los Estados Unidos de América, de donde proceden los documentos hasta ahora publicados en la web y en los periódicos de referencia del mundo desarrollado (en España, El País).

Assange está en una cárcel británica en teoría acusado por un delito de índole sexual cometido en Suecia. Resulta difícil sustraerse a la sospecha de que lo que se pretende en realidad es silenciarlo, quizá descalificarlo moralmente.

Hay algo en este asunto que no termina de gustarme: que los informes develados se refieran exclusivamente al poder político y no desenmascaren al poder real, el económico. Pero, independiente de cuáles sean mi opinión y mis gustos, Wikileaks ha venido a demostrar que internet ha cambiado las reglas del juego que eran propias del periodismo tradicional. Pero el objetivo es el mismo: contar a la gente lo que la gente quiere saber.

De lo que ha contado Wikileaks se deduce que los políticos utilizan un lenguaje ante los ciudadanos que les votan que no se corresponde con la actitud que mantienen oficialmente. En suma, que mienten con toda desfachatez.

En España el ejemplo más sangrante es el que se refiere a la muerte del cámara José Couso. Mientras garantizaban a los familiares las reclamaciones ante los USA, al embajador del imperio le garantizaban la impunidad bajo cuerda. El gobierno sigue insistiendo que el embajador no dice la verdad pero los hechos son obstinados: los soldados que mataron a Couso sabían que el hotel estaba ocupado por periodistas y personal civil y siguen gozando de impunidad.

Algo serio está pasando y, como advierte mi blogger favorito, deberíamos estar atentos. No se trata de los cotilleos diplomáticos, estamos hablando de libertad de expresión, estamos hablando del futuro del periodismo y del periodismo del futuro.

viernes, 10 de diciembre de 2010

La piedra del homenaje


He descubierto tarde a Arturo Barea pero, una vez leída su trilogía “La forja de un rebelde”, creo que es el escritor que mejor ha sabido describir la guerra civil y los años que la precedieron. Quien mejor ha explicado las causas que concluyeron en la contienda.

Puso ante un espejo a la gente corriente y se dedicó a escribir sobre la vida cotidiana. En Madrid, en Marruecos, donde unos militares corrompidos se empecinaban en mantener otra guerra que no era la nuestra, en Valencia, en el exilio. El resultado son tres novelas tiernas y demoledoras a la vez. Le tengo entre mis santos laicos.


Como tantos otros españoles de izquierda Barea tuvo que escapar al exilio, junto a su mujer, la judía austriaca Ilsa Kulcsar, que fue la traductora de su obra. En Inglaterra, conoció el éxito y el reconocimiento literario. Murió en 1957. En España su obra no pudo editarse hasta 1978.


A su muerte, los británicos le dedicaron una lápida que el tiempo había deteriorado y el olvido había trasladado de lugar. Un grupo de escritores, historiadores y editores españoles ha aportado una pequeña cantidad de dinero para costear la restauración de la lápida y colocarla junto a la tumba de Ilsa. Siento haber conocido la iniciativa una vez concluida porque de buen grado me hubiera sumado a ella.

Esa piedra, ahora limpia y restaurada, es el mínimo homenaje que podemos rendir a quien nos ha mostrado la España como fue, cómo fueron los españoles que nos precedieron. Cómo fueron nuestros padres, nuestros abuelos.

Esa piedra del homenaje es también mi piedra.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Lo más importante de la vida


Vivimos en un mundo convulso y acelerado. A diario nos bombardean mil noticias de violencia, de agresiones, de individuos convertidos en bombas andantes, de catástrofes diversas. Resulta difícil ir por la vida con una sonrisa.

A veces se produce una pausa, sabemos que es breve y provisional, pero conviene disfrutarla en tanto dura. Ayer, el reciente premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, nos regaló una de esas pausas. En su discurso de agradecimiento, nos ha dejado una hermosa interpretación de la literatura. Elogio de la lectura y la ficción, lo tituló.

Aprendí a leer a los cinco años, recuerda, es la cosa más importante que me ha pasado en la vida.

La buena literatura tiende puentes entre gentes distintas y, haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, nos une por debajo de las lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios que nos separan.

De la caverna al rascacielos, del garrote a las armas de destrucción masiva, de la vida tautológica de la tribu a la era de la globalización, las ficciones de la literatura han multiplicado las experiencias humanas, impidiendo que hombres y mujeres sucumbamos al letargo, al ensimismamiento, a la resignación. Nada ha sembrado tanto la inquietud, removido tanto la imaginación y los deseos, como esa vida de mentiras que añadimos a la que tenemos gracias a la literatura para protagonizar las grandes aventuras, las grandes pasiones, que la vida verdadera nunca nos dará. Las mentiras de la literatura se vuelven verdades a través de nosotros, los lectores transformados, contaminados de anhelos y, por culpa de la ficción, en permanente entredicho con la mediocre realidad. Hechicería que, al ilusionarnos con tener lo que no tenemos, ser lo que no somos, acceder a esa imposible existencia donde, como dioses paganos, nos sentimos terrenales y eternos a la vez, la literatura introduce en nuestros espíritus la inconformidad y la rebeldía, que están detrás de todas las hazañas que han contribuido a disminuir la violencia en las relaciones humanas. A disminuir la violencia, no a acabar con ella. Porque la nuestra será siempre, por fortuna, una historia inconclusa. Por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible.

Quiero creer que el mundo es hoy un poco más rico. Así que, antes de que los teletipos se pongan a gotear malas noticias, cojo mi libro y sigo leyendo El sueño del celta, el último libro del último Nobel.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Los ministros dicen no


Los gobiernos de la Unión Europea han rechazado la petición del Europarlamento de extender el permiso por maternidad hasta las 20 semanas, de lo que ya hablé aquí, porque la medida sería demasiado gravosa en tiempos de crisis.

En España, donde ya existe un permiso de 16 semanas durante las cuales la madre percibe la totalidad de su salario con cargo a la Seg. Social, la extensión en cuatro semanas tendría un coste estimado de 988 millones de euros al año.


Menos mal que ya no estoy en situación de tomarme ese permiso porque de lo contrario, ya se podían ir olvidando. Entre lo difícil que está el trabajo para las mujeres, que cobramos casi un 30% menos que los hombres, que la maternidad nos convierte en sospechosas, que no hay guarderías accesibles y que los horarios están pensados con el trasero, milagro parece que todavía haya mujeres que se embaracen.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Nombres propios


El fin de semana más largo del año, que se anunciaba como el preludio animado del jolgorio navideño, ha tenido un comienzo movido hasta extremos que no recuerdan los más viejos del lugar (que, por la misma razón, son intrínsecamente desmemoriados).
Los controladores aéreos han venido a poner la bomba de relojería que le faltaba al gobierno en su arsenal. Los controladores son unos 2.400 y han echado por tierra – en sentido literal y en el otro – las vacaciones de unas 200.000 personas. Los controladores son un colectivo privilegiado porque tienen trabajo y porque ganan unos salarios que multiplican por mucho el salario medio de los trabajadores españoles. Para congraciarse con el personal eligieron un portavoz guapo y buen comunicador al que hoy hemos visto menos guapo y menos comunicador.

Son los malos de la historia y aún lo serán más a medida que pasen los días y se haga balance de las pérdidas que ha ocasionado su plante. Pero no son los protagonistas de este largo fin de semana. Dejando de lado que ya he vivido los suficientes conflictos de este tipo como para conocer que la verdad absoluta nunca está en un solo bando y pasando por alto las reuniones escasamente inocentes que el colectivo ha venido manteniendo en las últimas semanas, me niego a admitir que sean ellos los protagonistas de un puente festivo, uno de cuyos pilares se sustenta, precisamente, en la Constitución.
Como no tenía que viajar en avión he tenido tiempo de hacer otras cosas. Por ejemplo, leer la prensa. De esta manera, he sabido que Mujer Hoy, revista del grupo Vocento, ha premiado a Rosalía Mera.


Mera fue la primera mujer de Amancio Ortega y quien le acompañó en la etapa de creación y desarrollo del imperio textil Zara. Ortega y Mera tuvieron un hijo con discapacidad y, ya divorciada e independiente, Rosalía ideó y preside la Fundación Paideia, dedicada a la integración de personas con discapacidad. Es la segunda mujer más rica del mundo y la primera fortuna personal femenina de España.

También me he enterado, a través de internet primero y de la tele después, que un policía fuera de servicio ha arriesgado su vida para sacar de los raíles del metro a un hombre que había caído a la vía. El policía ha aceptado ser entrevistado ocultando su identidad. Lo cual hace aún más grotescos a algunos bocazas que andan sueltos.



Finalmente, me he enterado de que en Pozuelo, municipio muy activo en la trama de corrupción Gürtel, un hombre ha permanecido 282 días subido en una grúa a 40 metros de altura para reclamar que la empresa Ploder, adjudicataria de varios proyectos municipales, abonara las deudas que se negaba a pagar a la empresa donde trabajaba. El obrero es un inmigrante colombiano de nombre Doney Ramírez y ha decidido cejar en su protesta, convencido de que “aunque muriera allá arriba, nadie me haría caso”.


Lo más terrible es que seguramente tiene razón.
Como no pensaba volar, como tampoco pensaba viajar y como tampoco tengo que someterlo a votación, he decidido que Rosalía Mera, el policía anónimo y Doney Ramírez sean mis protagonistas en este 32 aniversario de la Constitución española que yo voté haciendo de tripas corazón – por lo de la monarquía y por otras minucias – pero que, en tanto no se cambie, sigue siendo el catón de los derechos de ciudadanía.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Recogidita en la calle

Como fuera de casa, en ninguna parte. La frase se la atribuyen varios autores, Rafael Azcona entre ellos. Yo no coincido al cien por cien, pero es verdad que con más frecuencia de la que le gustaría a mi madre suelo estar recogidita en la calle.

No porque no me guste estar en casa, que me gusta, sino porque suelo ir caminando de un sitio a otro cuando la distancia no es excesiva, para sustituir a la gimnasia que no hago ni pienso hacer.

Y, una vez que estoy en la calle, procuro aprovechar el tiempo. En consecuencia, voy mirando los edificios, leyendo las inscripciones cuando las tienen, observando los carteles, las pintadas y, cuando me llaman la atención, fotografiando todo ello.

Hay algunas inscripciones que son sumamente ingeniosas. Otras, mejoran una lección magistral de filosofía. Y las hay que evidencian la incongruencia en que nos movemos a veces.

Ya traje aquí una muestra de este entretenimiento mío. Y ahora, repito.


Me gustan mucho los carteles antiguos, será cosa de la edad, pero reflejan bien un tiempo con un ritmo más pausado. Esta “Fonda La Plaza. Casa de Viajeros de Enrique Blanc”, se encuentra en Valderrobres (Teruel), un pueblo que vale una visita incluso sin carteles.


En Pastrana (Guadalajara) tienen una calle dedicada a Santa Teresa “La Castellana”, sin que se sepa si la castellana es la santa o el nombre anterior de la calle.


En la fachada de una casona que se levanta en una de las calles chic de San Sebastián, alguien mandó esculpir un pensamiento enigmático: “O que mucho lo de allá o que poco lo de acá”. A la vista del casoplón, francamente, no se sabe cómo será lo de allá pero lo de acá no está mal.


En Madrid, en la Plaza de Antón Martín, se alza el monumento a los abogados laboralistas asesinados en 1977 por una banda fascista en el despacho de la calle Atocha, que se encuentra colindante. Sobre ese monumento, alguien pintó el pasado verano: “A pesar de todo 20-S Huelga. Que no caiga en vano”. Y la proclama parecía tener allí una resonancia diferente.



Hay imágenes que demuestran mejor que cualquier discurso la globalización de los mercados.


En la Plaza Taksin de Estambul capturé estos dos carteles publicitarios: uno de Ikea, el otro de Media Mark.


Cerca de allí, una proclama bienintencionada: Free Palestina.


Y de la misma ciudad, un cartel donde descubrimos que, contra lo que habíamos creído, “giris” no es que nos identificaran como forasteros, y por eso hubiéramos visto tantos carteles iguales, sino que significa “Entrada”.



En mi callejear descubro que hay señales en las que se amontonan los mensajes, como esta de la coexistencia peatonal, de un pueblo de Cantabria.


Frente a esta otra del centro de Madrid, que está meridianamente clara. Para que luego venga el Papa a quejarse de laicismo.


Esta de Gibraltar y sus mensajes sobre macacos lo publiqué ya pero me parece tan propio, que lo vuelvo a traer. Así se las gastan los british.


Y, hablando de british, he aquí un cartel, obsequio de mi amigo Valdomicer: “Prohibido en esta área vehículos, motos, caballos y jugar al golf. Multa máxima 5 libras”.


A Valdo le debo también este cartel luso: “Donde la gula no es pecado”. Me mola el lugar.


Y éste que señala la calle sin nombre. Se sabe que hay calle, eso sí.


En la calle Hernán Cortés de Cáceres está prohibido el paso excepto a Abilio Rosillo. Valentín me explicó que Abilio Rosillo es el nombre de otra calle y la señal quiere expresar que sólo se permite el acceso a los vecinos de esa calle. Querrá expresarlo, pero no lo expresa.


Esta, en cambio, expresa algo que a lo mejor no es exactamente lo que quiere decir. Pobres monjas.


Hay pintadas que resumen una filosofía vital: “La calle es de todos”, dice uno, disputando a Fraga Iribarne.


“La vida nos es dada”, recuerda ésta en una céntrica calle de Madrid.


“Luchas o te vendes. Paro=Canallada”


“Contra la impunidad, por la memoria”, reclama otro.


Los hay que esconden grandes historias: “Batalló por la libertad de pensamiento. Cayó bajo acero homicida”, reza esta placa en el Cementerio Civil de Madrid. Con sólo 24 años.

Más realista, esta lápida del mismo lugar: “Propiedad de D. Mario Araus Ingeniero de Minas”. Eso es rentabilizar un espacio publicitario.


“Bin laden chupátelo con alegría”, se desfoga un ácrata en un pueblo de Cantabria.

Otro iconoclasta cántabro: “God fuck”.


“Coto de pesca sin muerte”, se lee en este perdonavidas en la provincia de Cuenca.


“Paradlo todo”, en Madrid. A veces dan ganas, es cierto.


“Camino de la Paz”, junto a la Cartuja de Burgos.


“Defiéndete”, aconseja este cartel bienintencionado de la CNT, que concluye ingenuamente, “Con los/as trabajadores/as no se juega”.


La misma CNT que “tomó” el Ministerio de Educación de esta guisa.


Me gustó tomar la foto de este panel donde se advierte al visitante que “Usted está en Tarifa. La ciudad más meridional de Europa”.


Muy cerca de allí, alguien había pintado otra advertencia de distinto signo: “…es materia orgánica, pero aquí no sirve. ¡¡¡No te cagues!!!


Más diplomático resulta este otro: ¡¡Muchas gracias!! Por no orinar aquí.


“Buscamos chica que sepa: tocar un poco el violín, chica de 12 a 14 años para un grupo de música femenino, el grupo de música se llama: “El síndrome del olvido”. Nuestro número es…” Ternura, me inspiraba.


Sobrevivir ¡no es delito!, recordaba este cartel en una manifestación en la que se pedía la libertad de los “manteros”.

Cerrado por depresión post fiestas, explica el tal Guerrero.


En esta silla de limpiabotas de la Gran Vía hay una inscripción que reza: El mejor lustrado de México y de Madrid”, sin que se sepa muy bien si el lustrado es el diestro que aparece en la imagen o el de los zapatos.


Personalmente, me gusta éste, captado en Santander.


Ya digo que me gusta callejear. Hasta el punto, ya se ve, que llego, si es menester, hasta el fin del mundo…