domingo, 9 de mayo de 2010

Las mayas de Madrid


La vida cotidiana te ofrece a veces curiosas paradojas.

Este fin de semana hemos tenido en casa invitados que viven en zona rural. Venían a Madrid a disfrutar de lo que ofrece la capital. El sábado trasnochamos y el domingo no teníamos prisa por levantarnos. Nos las ofrecíamos tan felices cuando, a eso de las 10 de la mañana, nos despertó una música de diana floreada justo debajo de nuestra terraza. ¿Qué pasa hoy?


Pasa que en el centro de Madrid el segundo domingo de mayo se celebra la entrada de la primavera con toda pompa y boato, incluso cuando el día se presenta tan poco primaveral como este domingo madrileño. Un grupo marchoso y dinámico se encarga de mantener vivas esas y otras tradiciones que tienen su origen en el mundo rural y que prácticamente se han perdido en el campo y en la ciudad.

La fiesta se llama de las “las mayas”, porque la tradición impone que en ella se elija a la más guapa de entre las jóvenes, que recibe el título de “maya”. Ésta lucirá hermosos ropajes y presidirá una especie de trono floral por donde pasan los vecinos para congratularse de la llegada del buen tiempo y compartir dulces y vino dulce con los congregados.


En Madrid es tradicional que las jóvenes ofrezcan un ramillete de hierbas aromáticas – tomillo o romero – mientras con un cepillo echan fuera los malos aires del invierno. He observado que este año hay más incorporaciones jóvenes no todas de origen gato.


Así que nos hemos levantado y, desde la terraza, hemos seguido las danzas de los mayos madrileños, finalmente interrumpidas por un chaparrón primaveral. Los bailes tradicionales dicen de un pueblo casi tanto como un sesudo tratado etnológico.

No hay más que comparar las letras o la disposición de los danzantes en la sardana catalana, la jota castellana o la sevillana andaluza para conocer un poco más de la idiosincrasia de estos pueblos. En la sardana los danzantes unen sus manos para seguir un compás pausado mientras entonan estrofas que apelan al sentimiento nacional. En la jota, se baile en pareja o individualmente, con el mínimo contacto personal, pasos briosos con letras que aluden a la vida cotidiana, las tareas del campo, las comidas. En las sevillanas, el baile tiene un aire sensual y las letras hacen mención a la alegría de la vida.

Sardana “La Santa Espina”, letra de Angel Guimerá, una de las más populares:
Som i serem gent catalana
tant si es vol com si no es vol,
que no hi ha terra més ufana
sota la capa del sol.


Jota “La melitona”, muy popular en el centro peninsular:
De la uva sale el vino
de la aceituna, el aceite
y de mi corazón sale, !ay¡
cariño para quererte.


Sevillanas rocieras:
La primavera ha llegao
Llamando en mi corazón,
Y ya me muero de ganas
Por ver a la madre de Dios.


Disquisiciones aparte, resulta que nuestros invitados “rurales” desconocían por completo la fiesta. Han tenido que venir a la capital para oir los cantos de una fiesta tradicional que, según los entendidos, se remonta a los fenicios y los griegos.

Ya nos despedimos
pero no nos vamos
nuestros corazones
aquí nos dejamos.
Si no estás conforme
con el mayo dado
saca la botella
y echamos un trago.

Anda, para que vengan protestando de la vida en la ciudad.

8 comentarios:

Valdomicer dijo...

Las fiestas de las mayas (o los mayos) son fiestas paganas relacionadas con la fertilidad. Curiosamente, son las fiestas las que dieron el nombre al mes y no al contrario como seria de sospechar.

La segunda "coplilla" pertenece a la "Jota del Candil", que se canta en Olivenza (Badajoz). Ciudad que pertenecio a Portugal hasta el S.XIX.

"Las muchachas de Olivenza
no son como las demas
porque son hijas de espanna
y nietas de Portugal".

ODRY dijo...

si es que lo que no te encuentres en madrid...
Me encanta mi ciudad.

Un besote

La de la tiza dijo...

Valdo: muchas gracias por tus observaciones. Una vez más, este blog se enriquece con tus aportaciones.

La de la tiza dijo...

Odry: a mi también me encanta esta ciudad que tomo de prestado y que acoge por igual a naturales y sobrevenidos.

Tita dijo...

Yo pienso en tus invitados y su impresión: ver para creer.

Por lo demás, me encanta, qué le voy a hacer, si soy más de pueblo que las amapolas!!

Anónimo dijo...

No conocía esta fiesta, que sorpresa mas agradable os llevasteis no ?

Me encantan las fiestas típicas de cada región, que bonito tu repaso !

Por cierto la primera vez que estube en Madrid fue en mayo y me enamoró.

Besos !

La de la tiza dijo...

Tita: pues ya ves que no sólo quienes vivís en pueblos tenéis festejos rurales.

La de la tiza dijo...

Bet: sorpresa propiamente, no porque llevan años celebrando las mayas debajo de nuestra terraza, lo que pasa que se nos olvida la fecha de un año para otro.
Ah! y Madrid está bonita en primavera pero tiene un otoño espectacular.