miércoles, 3 de marzo de 2010

Semillas de libertad


Ezequiela García Gómez, Ángeles Rodríguez, Inocencia Aragón, Honorata Cámara, Eudosia Moreno, Mercedes Ruiz, Crescencia Casado, Digna Cristóbal Díez, Julia Merino Beltrán tienen una sola cosa en común: son mujeres perfectamente desconocidas. Muy pocas personas, fuera de su familia, han oído hablar de ellas. Tampoco pretendieron otra cosa.

Hay otra circunstancia, dramática, que les une. Todas ellas fueron asesinadas durante la guerra civil española, la mayoría en los primeros meses, y abandonadas o enterradas en fosas comunes.

José María Rojas Ruiz, miembro destacado de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, ha publicado un libro en el que recoge los nombres que ha ido recopilando a lo largo de interminables jornadas por los pueblos del sur de la provincia de Burgos. No están todos los que fueron detenidos, paseados o asesinados en campo abierto, pero todos los que están lo fueron. “Semilla de libertad”, tal es el nombre del libro, recuerda a ese puñado de mujeres anónimas para homenajear con el recuerdo su memoria y su vida.

El libro refiere algunos detalles de la vida de los hombres asesinados. Algunos fueron expoliados de sus bienes antes de ser detenidos; de otros se menciona su militancia política, su profesión, las razones remotas de su triste final. La lectura produce un sentimiento de desolación. Sin ningún alarde literario, Rojas se limita a enumerar la identidad de los muertos y las circunstancias de su final, con una prosa desnuda y concisa.



El autor trata, quizá inconscientemente, de hallar una suerte de justicia civil en el final de alguno de los asesinos. Así, refiere que, “según confesó la hija de una de las víctimas, a su padre le rompieron una pierna antes de asesinarle, pero su verdugo ha tenido su castigo porque a él le han tenido que cortar las dos”. O el caso de “Bonifacio Rojo Pinto, labrador de profesión, ejercía de segundo teniente de alcalde. Este hombre le dijo al que le iba a ejecutar que el remordimiento le mataría por dejar a seis hijos pequeños sin padre, y al morir éste se sabe que lo hizo diciendo que le quitaran a esos niños de encima. Podría estar enterrado en Milagros”.



Sobre las mujeres, apenas unos datos, el nombre o la edad. Las mujeres, ya se sabe, carecemos de biografía. Pero entrelíneas, se advierte el coraje y la energía de aquellas mujeres por incorporarse a una sociedad que anunciaba cambios radicales.

“Ezequiela tenía 50 años cuando fue llevada a la prisión provincial de Burgos, el 7 de agosto de 1936”.

“Ángeles estaba casada con Macario Rodríguez y vendía fruta en el soportal del Bolo”.
“A Inocencia le disparó a sangre fría el Blas de Hontoria”.

“Honorata tenía 57 años y era conocida como la Republicana. La apresaron en San Sebastián”.

“Eudosia tenía 33 años, vivía en la calle Concepción”.

“A Mercedes se la llevaron en marzo de 1939. Como consecuencia de su asesinato, el marido falleció al poco tiempo. Tenían dos hijos que, al parecer, se afiliaron a Falange; uno de ellos pudo ir a la División Azul”.

“Crescencia tenía 37 años, estaba casada y no tenía hijos. Se cree que podía estar afiliada a algún partido. Solía llevar dos peinetas a los lados y otra arriba”.

“Digna tenía cinco hijos. La fecha de su fallecimiento fue el 8 de septiembre de 1936”.

“Carmen, la Carpintera, está enterrada en solitario en lo que hoy es un campo de labor. Al parecer, ella era la responsable del sindicato CNT en Linares del Arroyo (Segovia)”.

“Julia, de 34 años, natural de Covarrubias, esposa de Fermín Revilla Merino, madre de dos hijos y embarazada de 8 meses en el momento de su ejecución. Parece que fue asesinada por la Guardia Civil, a la que pidió que no la mataran hasta que tuviera el niño. Fue asesinada entre Covarrubias y Mecerreyes con un disparo en el vientre y otro en el corazón”.

Ojalá fueran, ciertamente, semillas de libertad.

6 comentarios:

Uma dijo...

que fuerte! no tengo palabras!

Tita dijo...

Y Garzón a juicio....

Pues vaya con la amnistía del '77...por lo visto les ha venido mejor a unos que a otros. Una inversión a largo plazo, si señor. Y Garzón a juicio ¡ay!

ODRY dijo...

Las guerras son crueles, todas ellas sin escepción.
Un besazo preciosa

Cruela DeVal dijo...

De pequeña no sé porqué me acuerdo que dije a mi padre Las peores guerras son las civiles... y sigo pensando que es cierto
Tanta delación, venganza gratuita....rencores
y Garzón a juicio como dice Tita
besos

Valdomicer dijo...

¿Las guerras crueles?. Los crueles somos los humanos.
Y no se trata de "memoria histórica", es ignorancia, nadie sabía que estas mujeres habían vivido alguna vez.

Una frase:
"Os juro que alguien se acordará de nosotras en el futuro." Safo de Lesbos (650-580 aC.).

La de la tiza dijo...

Uma: es verdad que historias como éstas te dejan sin palabras y te producen escozor en el ánimo.
Tita: desgraciadamente, hay una casta de individuos que mantienen el poder gobierne quien gobierne. Manejan los hilos del poder. La anmnistía se hizo a su medida. Y lo más cruel es que son ellos los que acusan.
Odry: es cierto, las guerras son el exponente de la insensatez humana.
Cruela: van a llevarse a Garzón por delante, ya lo verás.
Valdomicer: gracias por traer las palabras de Safo pero yo soy más pesimista. Nadie hablará de ellas, ya procuran sus asesinos y los herederos de sus asesinos de que ni siquieran tengan un lugar de reposo digno.